ACCIÓN EN EL GASODUCTO DEL ATLÁNTICO NORTE

Publicado en mayo 12, 2023, 8:15 am

The New York Times lo llamó un misterio, pero hay bastante evidencia de que el responsable fue EE. UU. para defender sus intereses en la región (NATO). La evidencia más contundente fue el mismo Presidente de EE. UU., Joe Biden, que públicamente en una conferencia de C-NAN dijo: “Si Rusia invade Ucrania no va a haber más un gasoducto Norte II (Nord Stream II Pipeline), nosotros lo vamos a destruir”. Veinte días antes la secretaria de Gobierno, Victoria Nuland, dijo exactamente lo mismo: que si Putin invadía el mencionado gasoducto iba a llegar a su fin.

   En 2022 la CIA elaboró un reporte donde dicen que encontraron una forma de volar el gasoducto Nord en una zona altamente patrullada por los rusos. Esto surgió en la comisión liderada por Jake Sullivan, otro de los “jugadores” principales. El 7 de febrero, tres semanas antes de la invasión de Rusia a Ucrania, Biden se encuentra con el Canciller alemán Olaf Scholz en la Casa Blanca, quien después de algunas inseguridades de su parte se alía a los EE.UU. en dicha estrategia, y en esa conferencia  (https://youtu.be/OS4O8rGRLf8) es cuando Biden asegura las represalias a seguir si Putin avanza en su invasión.

  Esta indiscreción de Biden y de Nuland lo que cambia es la naturaleza de la acción, ya que no puede ser encubierta si el presidente mismo la anuncia, aunque  al principio el plan de volar  Nord Stream 1 y 2 se decidió sin mucha oposición porque “…no existe más un requerimiento legal de informar esta operación al Congreso de los EE. UU., lo único que tienen que hacer es llevarla a cabo pero en secreto, ya que Putin tiene una vigilancia muy fuerte en todo el Báltico”. No más secretos después de la bravuconada de Biden.

   Noruega es el país perfecto para esta operación. En los últimos años los militares americanos han expandido su presencia en Noruega, país que tiene una frontera oeste de 1200 millas de costa sobre el Atlántico Norte, y el norte noruego emerge en el circulo ártico justo en frente de Rusia. La marina de EE.UU. ha estado invirtiendo en la zona, junto con el Pentágono, con contratos de alta paga e inversión de millones de dólares, especialmente en tecnología de espionaje de alto rango con radares que entran en territorio ruso, y que compensan la vigilancia que perdieron en China.

  La remodelación —explica el conocido Seymour Hersh en su artículo “Como América terminó con el gasoducto Nord Stream”—, de una base noruega de submarinos ya está terminada y en operación, siendo la base donde los submarinos americanos están trabajando junto a sus colegas noruegos para monitorear y espiar hasta 250 millas adentro del territorio ruso, en la península de Kola.  También los EE.UU. mandaron los P8 Poseidón, construidos por Boeing, que son aviones de patrullaje y que no son detectados por los radares.  Recientemente el Congreso noruego neoliberal aprobó, con bastante resistencia de la oposición, que los americanos pueden aplicar sus propias leyes en todo lo que concierne a la zona militar que ellos ocupan en el país del norte, como también jurisdicción con cualquier ciudadano noruego que interfiera con trabajos de los militares americanos in situ.

   No hay que olvidarse de que Noruega fue uno de los primeros países en firmar el acuerdo del Atlántico Norte en 1949, a principios de la Guerra Fría.  Según una fuente en la Casa Blanca: “Los noruegos son perfectos porque odian a los rusos y ellos tienen los buzos más experimentados por generaciones en explotación subacuática de petróleo”, podemos deducir otros beneficios como que si los americanos fueran exitosos ellos entrarían a venderle a Europa la gran cantidad de gas que tienen, eliminando a su principal competidor.

   Los gasoductos están a una milla de separación en un suelo marino de no más de 260 pies de profundidad, profundidad alcanzada perfectamente por los buzos noruegos con soporte de operativos americanos.  Otra ventaja de este perfecto punto en Bornholm es que no hay corrientes fuertes.

   Continúa Hersh en su artículo publicado el 8 de febrero en Substack: “La armada Rusa tiene la capacidad de encontrar minas abajo del agua y denotarlas, así que los explosivos que se colocaron en las torres de sostén de los caños transportadores debían estar camuflados. Los noruegos tenían la solución, como también el día en que pasaría. Por los últimos 21 años la sexta flota armada americana que está en Gaeta, Italia, realiza un ejercicio militar en el mar Báltico.  Esta ocasión era la ideal para plantar los explosivos durante lo que se llamó BALTOPS 22 u Operación del Báltico en 2022. Uno de los “ejercicios” propuestos por la NATO, y con buzos de la NATO, es en la isla de Bornholm y ‘casualmente’ muestra una desactivación de minas en el suelo marítimo”.

   Continúa: “Durante todo este planeamiento la Casa Blanca entra en duda, ya que el día propuesto es muy cercano a BALTOPS y pueden ser sospechados como los culpables del “accidente”, los noruegos no están contentos con la indecisión y nuevos requerimientos de Biden, principalmente él quiere estar a cargo de la detonación en forma remota. Se decide poner una boya que será tirada desde un avión cerca de donde los explosivos sean colocados y esa boya tiene un  sistema de señal y de emisión de alta tecnología que denotan los explosivos en forma remota.  Como el mismo profesor Theodore Postol, catedrático de política de seguridad nacional y tecnología del MIT, explicó: “El único problema con esta “solución” es que cuanto más tiempo pasan los explosivos en el agua hay más chance de que los explosivos exploten por cualquier señal de otros barcos, y agrega que la señal que emita tiene que ser robusta para que rechace otras señales que están en el aire”.

   “Finalmente, el día ha llegado, 26 de septiembre de 2022. Un avión noruego P8 arroja una boya sonar cerca de donde han sido instalados los 4 explosivos y, pocas horas después, tres de las cuatro líneas son explotadas e inutilizadas. Inmediatamente grandes cantidades de gas metano salen a la superficie a la vista de todos, el mundo entiende que algo irreversible ha pasado” (¿y el impacto ambiental?).

  La historia termina con una escena en la Casa Blanca donde están todos muy contentos y felicitándose unos a otros: “Hemos terminado con la dependencia del gas con Rusia”. Victoria Nuland le explica al senador Ted Cruz, excandidato a presidente por el Partido Republicano: “Como usted, yo estoy muy contenta también de que el gasoducto Nord Stream 2 es un montón de chatarra en el fondo del mar”. Ante la pregunta de porqué los rusos no contestaron esta acción, él dice cínicamente: “A lo mejor los rusos quieren el derecho de hacer lo mismo que nosotros hemos hecho”.

   Mientras los poderosos siguen jugando a la guerra, los soldaditos siguen sacrificando sus vidas para que los ideales sostenidos por sociópatas de esta calaña y su hambre de poder lleguen a su complexión.

  Por otro lado, los ideólogos de utopías y de un mundo perfecto en el cual no hay enfermedad, pobreza, ni muerte, donde nadie tiene nada y es feliz, están muy lejos de lograr nada, ya que uno siempre puede contar con los soldados de la muerte, lo que me recuerda que no hay nada nuevo bajo el sol.

Corresponsal de Estados Unidos.

Corresponsal de Estados Unidos

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