Por: Adriana Mans y José Ruiz Tirado
Vamos a hablar de los ángeles caídos, de los rebeldes, de los que se negaron a hacer lo que el Creador les pidió, o sea, servir a la humanidad. Y de eso se trata esta nueva película estrenada hace poco en los EE. UU. Nefarious es el nombre del demonio que posee a este criminal que es sentenciado a la pena de muerte, pero claro que el demonio no va a morir (ya que no puede), sino la persona que está habitando.
Una película que fue presentada como género de terror y, a pesar de que recibió críticas ambivalentes, le fue muy bien en la taquilla, aunque al leer las críticas no es sorprendente que la película no haya sido captada en su totalidad, pues poca gente sabe de la existencia de un mundo espiritual y su interpelación con el plano físico y natural. Y si no eres un católico instruido poco puedes entender todas las sutilezas teológicas de la economía de la Salvación, pero, como dice el reputado padre Javier Olivera Ravasi, es una de las mejores películas del género de los últimos tiempos, incluso superando al Abogado del diablo, con Al Pacino.
La película está muy bien lograda y muy precisa en cuanto a la verdad de la vida espiritual, y no hay que ser muy creyente, ni siquiera para reconocer que hay cosas que se imponen por ser autoevidentes como en el caso de la posesión, ya que ni los psiquiatras más destacados han podido jamás dar una explicación cuando los posesos empiezan a levitar, volar por el aire, sacar clavos o sapos de sus bocas, tener los ojos dando vueltas o en blanco, o mostrar una fuerza que cuatro personas fuertes no pueden contener. No hay explicación lógica sin que contradiga toda la ciencia, la física, la medicina y la psicología posibles, a menos que sepamos de la existencia de la dimensión divina o sobrenatural, ya que funciona a un nivel que va más allá de los fenómenos naturales o físicos.
Y parte de ese mundo espiritual sin tiempo, que es el mundo que eventualmente todos los humanos vamos a conocer con diferentes destinos, es un mundo que nos afecta directamente, y negar o desconocer su existencia es algo que nos pone en desventaja.
Nefarious está muy bien actuado, especialmente el preso interpretado por Sean Patrick Flanery, actor conocido por la película americana que se convirtió en un clásico: The Boondock Saints. Es una película de bajo presupuesto con pocos personajes, pero nos mantiene expectantes, y la hora y media se va como nada, hasta, diría, queriendo más.
Mi colega y amigo de España encontró unos puntos muy importantes en la película, así que a partir de ahora le paso la letra a él. ¡Se los recomiendo!
Muy buena película y para nada descuidada en los detalles teológicos. Contó con la asesoría del padre Darren Merlino (sacerdote Claretiano que vive en Los Ángeles). La película nos muestra, en primer lugar, la verdadera existencia del demonio, que muy lejos de ser un personaje mitológico es un ser real, como lo declara el dogma de Fe de la Iglesia Católica.
Este es el motivo por el cual los Padres de la Iglesia, convencidos a través de la Sagrada Escritura de que Satanás y sus acólitos son los enemigos de la redención humana, no dejan de hacernos acordar de su existencia y accionar. El Catecismo de la Iglesia Católica proclama:
413 – “No fue Dios quien hizo la muerte ni se recrea en la destrucción de los vivientes… Por envidia del diablo entró la muerte en el mundo” (Sb 1,13 / 2, 24).
414 – “Satán o el Diablo, junto con los otros demonios, son ángeles caídos por haber rechazado libremente servir a Dios y a su designio. No hay arrepentimiento para ellos, su acción fue definitiva. Intentan asociar al hombre en su rebelión contra Dios”.
415 – “Constituido por Dios en la justicia, el hombre, sin embargo, persuadido por el Maligno, abusó de su libertad desde el comienzo de la Historia, levantándose contra Dios e intentando alcanzar su propio fin al margen de Dios” (Gen 13, 1).
Muchos católicos niegan la existencia del demonio, y lo generalizan como una explicación del mal. Pero, como bien dice el Catecismo, el demonio existe y actúa en el mundo tentando a las personas y, si puede, llegando también a controlarlas.
En Nefarious el preso está condenado y lo único que lo puede salvar de la silla eléctrica es que un psiquiatra lo declare loco. Sin decir mucho de la trama o los detalles podemos concluir y analizar las escenas. El primer tema a destacar es el tema del “control” y cómo puede afectar o influir la voluntad. El diablo le dice al psiquiatra que “…la posesión se lleva a cabo, paso a paso, día a día, que es un proceso lento de sucesivos actos de maldad por parte del poseído, que se van aumentando con el poder del tiempo”. Vendría a ser como ir entregando la voluntad de uno en pequeñas cuotas, de la misma manera que a partir de pequeñas o grandes mensualidades se compra una casa.
En este caso no se compra nada, se pierde la libertad individual en forma creciente porque el libre albedrío (libertad) es un regalo de Dios que se puede perder cuando la voluntad se pierde (posesión, en este caso del citado film). Si no se pudiera perder no sería libertad plena.
Otro punto importante es que el demonio juega con los tiempos. En un momento de la cinta, Nefarious reta a James Martin, el psiquiatra, que es ateo y no cree en nada, que le dé permiso para poseerlo. Y después de darle permiso tres veces no pasa nada, a lo que Martin comenta con jactancia. Pero, como veremos más tarde, el permiso ya había sido dado y el demonio solo estaba esperando el momento adecuado. Podríamos decir que el demonio compró su alma, como comúnmente se dice, aunque sabemos por dogma que uno no puede vender su alma, ya que pertenece a Dios. Esto puede pasar en la vida real como cuando jugamos con la ouija, o consultamos psíquicos o tiradas de Tarot, o cualquier practica New Age, en que el demonio o los demonios pueden esperar su tiempo.
No obstante, hay un antídoto para contrarrestar o prevenir la acción del demonio si en algún momento le dimos algún poder sobre nosotros. La Confesión y la santa Comunión tienen un extraordinario poder capaz de renovar al hombre.
Los sacramentos también son grandes exorcismos. Así, dogmáticamente hablando, los exorcismos, como las bendiciones, son sacramentales que tienen fuerza a partir de los siete sacramentos, que son los signos eficaces constituidos por Cristo en modo directo o a través de los apóstoles para prolongar su presencia salvífica por medio de la Iglesia hasta el final de la Historia.
El pecado mortal es siempre una esclavitud, y cada vez que el sacerdote pronuncia la fórmula de la absolución, el fiel es liberado de las garras del maligno y reintroducido en la comunión plena con la vida Trinitaria.
Se ve también en la película un hecho pintoresco, pero no por ello menos real en nuestros tiempos. El mismo psiquiatra queda impactado por los conocimientos, y llega un momento en que empieza a dudar si está enfrentando a una persona. Llegado a este punto pide la presencia de un sacerdote para sacarse la duda. Mala suerte para el reo y buena para el demonio, ya que el sacerdote es un sacerdote modernista que ha perdido la Fe y no cree ni en el demonio. Nefarious al principio reacciona con miedo cuando entra en la celda porque no se percata de la incredulidad del sacerdote. El hecho curioso es que Nefarious le dice al sacerdote que no lo torture antes de tiempo y que se resistirá a salir del preso, a lo que el sacerdote lo tranquiliza con una sonrisa y diciendo prácticamente que no cree en eso (nefasta actitud).
San Mateo, en el capítulo 8, en los versos 28 a 34, nos hace acordar:
“Llegó Jesús a la otra orilla, a la región de los Gadarenos. Desde los sepulcros dos endemoniados salieron a su encuentro, eran tan furiosos que nadie se atrevía a transitar ese camino. Y le dijeron a gritos: —¿Qué tenemos que ver nosotros contigo, hijo de Dios? ¿Has venido aquí para atormentarnos antes de tiempo? Una piara de cerdos estaba pasando por allí y los demonios dijeron a Jesús: —Si nos echas, mándanos a la piara. Jesús les contestó: —Id. Y salieron y se metieron en los cerdos.” Puede que a los demonios no les gusta vagar por el éter.
En el evangelio de San Juan, capitulo 5, verso 28, el apóstol nos explica:
“No os extrañéis de esto, llegará la hora que todos los que están en los sepulcros lo oirán y saldrán los que hayan hecho el bien para la Resurrección de vida, y los que hayan hecho el mal, para una Resurrección de juicio”. Todos resucitarán, unos para la gloria y otros para el Infierno.
Basta ya decir más e ir a verla. No es un film al uso, pues la manera de plantear esta realidad es muy novedosa por parte de sus creadores, revestida de normalidad e ignorando el accionar del demonio.
No nos olvidemos de que la mejor estrategia de Satanás siempre ha sido camuflarse en la inexistencia.